En una actuación fascinante y expresiva de totalidad, Sagazan cambia las identidades en el escenario: de hombre a animal y de animal a varias criaturas híbridas. Perfora, borra y desentraña las capas de su rostro en una búsqueda frenética de una nueva esencia y forma.

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En este sentido, Sagazan ha declarado: "Estoy asombrado al ver hasta qué punto la gente piensa que es normal, o incluso trillado, estar vivo". En Transfiguración, le da un nuevo significado a la noción de vida, ofreciendo una visión cautivadora, inquietante y emocionante. Una individualidad alternativa completamente libre de inhibiciones.