LAS OBRAS

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Por un lado se representan personajes retratados sobre un fondo monocromo, y por otro, paisajes y escenas diversas. 

Si bien es cierto que sus retratos se basan en figuras que comúnmente pueblan los llamados “munditos” de sus pinturas previas y actuales, nunca antes se había atrevido a representarlas aisladas en su individualidad, y a aumentarlas considerablemente de escala. Esta decisión ha significado una evolución muy importante en su obra, ya que le ha permitido construir personajes más complejos que a su vez se relacionan e interpelan al espectador de forma más compleja.

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Los paisajes que encontramos en la pared más grande del foso, sirven de fondo para la representación de una abundante colección de escenas cotidianas. Son playas superpobladas de figuras ensimismadas en su propio quehacer y su propia existencia. A pesar de la multitud, se muestran como individualidades solitarias que a penas se interrelacionan. Macarrón da rienda suelta a su imaginación en la recreación de estos “munditos” mágico-realistas configurando lo que podemos llamar el “universo macarrón”.

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“La obra de Rafa me entusiasmó desde el principio. Sus imágenes me parecieron nacidas de entre el universo de constelaciones de Joan Miró y los paisajes optimistas de Manuel H. Mompó. Supe que Rafa era heredero de una importante tradición de pintura española que personalmente admiro, y tengo la firme intuición de que le hará mucha justicia a su relevo artístico. Imaginé muy rápidamente la obra de Rafa entre los pinos y el mar Mediterráneo que rodean La Nave Salinas, siendo parte orgánica e integrante del paisaje de Ibiza y, de alguna manera, festejando, las pinturas también con su presencia, la salida del sol, la vida de sus playas y gentes y los atardeceres cálidos que tenemos en verano en el parque natural que rodea el espacio. Estoy convencido de que Rafa y La Nave Salinas de Ibiza se van a llevar realmente bien”. Lio Malca, fundador de La Nave Salinas.